Desde niño me fascinó dibujar. Hacía decenas de dibujos cada día, hasta que a los siete años mi padre me permitió usar su pluma y tinta china, con la que él había realizado algunas historietas. 
Me introdujo a la perspectiva, la caligrafía, la figura humana y los fundamentos del color en el paisaje. Me enseñó las distintas técnicas que había usado. 
Puso en mis manos sus pinceles y su paleta. Después sus espátulas, que aún uso. Abrió para mí todos los libros de Arte de su biblioteca, y me sugirió

"... copiar, practicar y leer, postrarse humildemente ante los grandes maestros antiguos y modernos, estudiar la teoría del color, crear, mostrar las obras, escuchar y corregir los errores... más adelante, después de haber recibido una buena crítica uno puede abordar la síntesis y el arte moderno."

Me enseñó a ser responsable en el Arte.